¿Alguna vez te has preguntado cuál es el origen de la celebración del Día de los Enamorados? San Valentín forma desde hace mucho tiempo parte de nuestro calendario: una fecha marcada a rojo y que siempre relacionamos con flores, bombones y compartir el amor por tu pareja. Y aunque con los años a esta fiesta se le ha dado el inevitable toque comercial, lo cierto es que a nadie le amarga un dulce, ¿verdad? A todos nos gusta sentirnos queridos y que nos lo demuestren con un bonito detalle. Hoy en el Palacio nos hemos parado a indagar de dónde viene esta festividad y el porqué de su nombre.
Esta es la expresión anglosajona con la que se firman las cartas de amor. Todo tiene una explicación, o al menos así lo cuenta la leyenda…
Nos remontamos a la Roma del siglo III bajo el gobierno del emperador Claudio II. Este había prohibido casarse a los jóvenes porque consideraba que los hombres solteros eran mejores soldados, al no tener ataduras ni lazos sentimentales. Aquí es cuando entra en escena un joven sacerdote de nombre Valentín que, oponiéndose a la orden del emperador, comenzó a celebrar matrimonios en secreto entre los enamorados, además de promulgar el cristianismo. Claudio II, al enterarse, hizo arrestar a Valentín, quien mientras estuvo en prisión esperando su ejecución observó que la hija del encargado de su custodia era ciega. La leyenda cuenta que se enamoró de la muchacha y rezó a Dios para que le devolviera la vista. Antes de su ejecución en la plaza pública un 14 de febrero del año 269, Valentín le envió una nota de despedida a su enamorada, que milagrosamente había recuperado la vista, en la que firmaba ‘De tu Valentín’.
Pero si nos centramos en la parte menos romántica de toda la historia, en realidad el Día de San Valentín se empezó a popularizar a mediados del siglo XX al convertirse en una fiesta más comercial en la que ya se incluían los correspondientes regalos. Al parecer fue Pepín Fernández, dueño de las ya míticas Galerías Preciados, quien empezó a popularizar esta iniciativa en España, promoviendo la necesidad de tener detalles con tus seres queridos.
Lo cierto es que San Valentín se ha convertido en una fecha a tener en cuenta a nivel global, aunque no todos los países lo celebren el mismo día. Ya seas de los que solo ven el lado consumista de todo el asunto o de los que en cambio lo celebran porque sí, porque es bonito festejar el amor y el 14 de febrero es tan buen día como cualquier otro, desde el Palacio tan solo lanzamos un mensaje: ¡Que viva el amor! Y es que demostrar el aprecio y el cariño por los tuyos nunca está de más…
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