Los platos típicos de la cocina francesa se caracterizan por sus recetas elegantes, bien pensadas, equilibradas y con muchos matices de sabor. Además, incluyen los saludables alimentos mediterráneos en muchos de sus platos más emblemáticos, de manera que también son platos sanos. Por eso, te animamos a que descubras algunas de las delicias de la gastronomía francesa que todos deberíamos conocer y que representan muy bien este tipo de cocina. ¡Bon appétit!
No hace falta ir a Francia para probar auténtica comida francesa, pues en el menú de los sábados del Café de París del Palacio de Avilés tenemos algunos de los platos franceses más típicos.
El ratatouille es muy similar al pisto que conocemos en España, pues consiste en un sofrito de cebolla, tomate, ajo, pimiento rojo, calabacín y berenjena cortados en trozos; cocinados lentamente en la sartén. Se aromatizan con las conocidas hierbas provenzales: orégano, albahaca, tomillo, romero, mejorana y laurel. Esto les da el toque característico que lo distingue del pisto español.
No es de extrañar que encontremos un plato tan similar en nuestra gastronomía, pues el ratatouille es típico en la región de la Provenza, que se sitúa al sureste de Francia, la zona francesa más mediterránea.
En este caso, te encontrarás con un plato que te recordará a la fabada asturiana, ya que se trata de un cocido de alubias blancas y carne. Pero el sabor y textura de este plato es muy distinto, debido a que se utiliza carne de la región de donde es típico: el Languedoc y el Midi Francés. Y es que lleva paletilla de cerdo, confit de pato, tocino y salchichas de Toulouse.
No podemos llevarte a castillos históricos como los de Carcassonne, que se encuentra en la región donde es tan típico este plato, pero seguro que cuando pruebes el cassoulet, estés donde estés, te transportarás a la Edad Media. ¡Si este plato se resiste a desaparecer con el paso del tiempo será por algo!
Su nombre completo es quiche lorraine, ya que su receta proviene de la región de Lorraine. Este pastel salado es tan popular en parte porque tuvo mucho éxito en Estados Unidos en los años 50, y hoy en día puedes encontrar quiches incluso en pastelerías españolas y supermercados.
A pesar de que verás muchas variantes, como la quiche de champiñones o de puerros, la auténtica quiche se elabora con masa brisa, crême fraiche (nata fresca ligera), leche, huevos, nuez moscada, tocino a la parrilla o ahumado y queso gruyère.
¿Conoces la crema de puerros francesa? Se llama Vichyssoise y es mundialmente conocida. Se consume caliente o fría, de manera que se adapta muy bien a todos los climas. Aunque cada restaurante tiene sus secretos para elaborarla, fundamentalmente consiste en caldo de pollo con puerro y patata triturados junto con nata, y todo ello aderezado con sal, pimienta y un toque de mantequilla.
Las galettes son muy similares a las crêpes, solo que consisten en tortas de trigo sarraceno que posteriormente se fríen con ingredientes salados y, a menudo, adquieren una textura crujiente en la sartén. Además, este tipo de harina le da más sabor a la masa. La galette más tradicional es con sardinas, pero actualmente se comen también con huevos fritos, espinacas, champiñones o jamón y queso.
Es típica de Francia, en concreto de la región de Bretaña, por eso a menudo se le llama galette bretona. No debe confundirse con la galette du Rois, el equivalente al roscón de Reyes francés, pero sin el característico agujero en el centro.
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Otro plato originario del sudeste francés, de la zona de Occitania, donde además de exquisitas verduras es muy común encontrar aves como el pollo. Por eso el coq au vin o pollo al vino tinto es tan típico de Occitania, el antiguo territorio francés de donde procede el padre de Jaime I, el rey que reconquistó la actual zona de Cataluña, Aragón, Valencia y Baleares.
Se elabora dorando el pollo en una sartén con aceite de oliva o mantequilla y se cubre de una salsa hecha de vino tinto y caldo de pollo, laurel, tomillo, zanahorias, cebollas, chalotas y ajo, cocido lentamente para eliminar el alcohol y conseguir que el pollo adquiera un sabor extraordinario. Además de las verduras del caldo, al pollo se le suele añadir champiñones y cebollas francesas. También se puede incluir pera caramelizada.
No es un mito, las crêpes son tan populares en Francia que se suelen consumir a cualquier hora, y casi todos saben elaborarlas en casa y se toman con dulces o salados.
Por eso, la receta francesa original de crêpes solo lleva leche, huevos y harina; nada de azúcar o mantequilla. Las más tradicionales son las Suzette, con naranja y flambeada con licor.
Son los dos sándwiches nacionales de Francia. El croque-monsieur es de jamón y queso, y se elabora untando con bechamel las rebanadas de pan y luego se gratina. La croque-madame es lo mismo solo que no se gratina y se coloca un huevo frito encima, que simula el sombrero de una señora. ¡Esa es la principal razón para los nombres de estos sándwiches, que significan «crujiente del señor» y «crujiente de la señora»!
Antes era típico para Navidad, aunque la verdad es que todos hemos extendido su consumo al resto del año, en forma de un aperitivo gourmet. Significa «hígado graso», ya que se elabora con el hígado de pato o ganso que ha seguido una alimentación especial.
Este conocido plato típico de Francia se elabora con carne picada cruda mezclada con alcaparras, chalotas, huevo, pepinillo, perejil, mostaza de Dijon y pimienta. Es seguro para la salud gracias a que se prepara con carne fresca, que solo se saca del frigorífico poco antes de preparar y servir el plato.
¿Verdad que suena delicioso? Ven a probar distintos platos típicos franceses en el Café de París de Palacio de Avilés, que hemos elaborado siguiendo recetas tradicionales, con nuestro touche personal y el mejor ambiente.
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