Asturias es una de las regiones reconocidas en nuestro país por su tradición gastronómica dedicada al dulce. Los mejores postres de Asturias se pueden encontrar en ciudades como Gijón, Avilés y Oviedo, aunque en cualquier rincón asturiano podrás disfrutar de un postre típico.
Una tradición que se remonta a la época romana y que todavía se conserva, aquella de terminar con algo dulce cualquier comida por muy copiosa que sea. Descubre cuáles son los protagonistas de las sobremesas en el Principado.
Y es que tomarte alguno de los platos más típicos de Asturias, como la fabada o el cachopo, no es excusa para no pedir un postre inmediatamente después. Aunque hay quien los degusta en otros momentos del día, y opta por estos postres para merendar o, incluso, para un desayuno especial.
Sin duda, este es uno de los postres más famosos de la cocina asturiana, que cuenta con una estética muy similar a los clásicos crêpes de Francia. Son muy populares en la época de Carnaval y su origen hay que buscarlo siglos atrás, ya que incluso en la Biblia hay menciones a platos muy similares.
Si los quieres hacer necesitas tener a mano huevos, azúcar, harina, leche, aceite y sal. Además, un poco de anís o coñac les dará el punto especial por el que se caracteriza su sabor. Puedes disfrutar de ellos en toda Asturias, aunque te recomendamos que te acerques a Tineo o Mieres.
Este producto estrella de la cocina asturiana nació en una confitería de Gijón que regentaban María Sierra y Carlos Collada. Se trata de un postre de manzana de pequeñas dimensiones que se recubre con mazapán de almendra, ofreciendo así un sabor muy dulce, sin llegar a ser demasiado empalagoso.
Este postre se inspira en la época de la Reconquista, más en concreto, en la batalla de Covadonga, donde Don Pelayo fue el principal protagonista. Y es que del héroe asturiano coge su nombre, aunque no se quedan ahí las anécdotas de estos dulces. Como dato curioso, generalmente, vienen con una inscripción o frase ingeniosa escrita en tres idiomas: inglés, castellano y bable.
Uno de los dulces más típicos de Navidad en Asturias. Sencillo de elaborar, destaca por su exquisito sabor. Según los expertos gastronómicos, el origen de este postre se remonta a una antigua receta del Imperio Romano.
Una receta que también cuenta con un toque árabe inconfundible, y que se suele comer principalmente en Turón, en el municipio de Mieres.
Para elaborar las casadiellas hace falta mantequilla derretida, vino blanco, yema de huevo, sal, levadura, harina normal, harina repostera, azúcar, anís, leche y nueces machacadas.
Se trata del pastel de almendra y yema más rico del país. La clave está en el saber hacer de la experiencia y en sus ingredientes: masa de hojaldre, huevos enteros, yemas de huevo, almendra molida, azúcar, ralladura de limón y vino dulce o anís.
Es un dulce típico de Oviedo, que se lleva elaborando desde 1923. La historia dice que su nombre se debe al gentilicio de los habitantes de la capital ya que, antiguamente, se les conocía como carbayones, en honor a un roble.
Es el postre típico de Gijón y para su elaboración se necesita leche, mantequilla, azúcar, gelatina, claras de huevo, azúcar glass y nata para montar.
Se lleva tomando en la ciudad desde 1980. Destaca por ser una tarta con base de bizcocho, cubierta por un cuerpo de crema elaborado con el auténtico turrón de Jijona.
Fuente: Confitería San Antonio (Gijón)
También un postre clásico de Gijón, que lleva elaborándose desde hace más de 6 décadas. Un postre de tamaño muy reducido, que se asemeja a las pastas de té y que puede durar mucho tiempo para poder disfrutarlo cuando más te apetezca.
Para preparar la receta tradicional, hacen falta yemas de huevo, almendras, azúcar, agua y zumo de limón.
Su origen se lo disputan dos villas asturianas, Luanco y Candás. Es un postre propio del domingo de Pascua que se utiliza como obsequio entre padrinos y ahijados. Se elabora con mantequilla cocida, limón, huevos enteros, harina, azúcar y un poco de anís.
Como dato curioso hay que decir que este postre cuenta con una larga tradición y que antiguamente servía de alimento principal para los marineros en sus largos viajes. Por este motivo tienen su característica forma de nudo.
Fuente: Confitería Carmen (Salinas)
Otro de los postres más tradicionales del Principado que se elabora a partir de migas de pan duro, anís, huevos, vino blanco, agua, azúcar y canela.
Se suele decir popularmente que, para cocinar los borrachinos, hay que tener «ciencia y paciencia» debido al batiburrillo de ingredientes que tiene.
Se cree que sus orígenes se remontan a la vida monacal, convirtiéndose en el alimento estrella de los religiosos antiguos.
En definitiva, no hay duda de que algunos de los mejores postres de España se encuentran en la cocina asturiana. Dulces de todo tipo con elaboraciones cuidadas e ingredientes frescos, ideales para disfrutar de una buena sobremesa.
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