Se llama Blanca Fernández (Bimenes, 1994) pero en el mundo del cosplay, en el que es toda una personalidad, todos la conocen como Shiro Ychigo. Nuestra última entrevistada de este pasado Celsius 232 se inició en el cosplay allá por el 2011 y desde entonces no ha parado de ponerse en la piel -o en los ropajes- de los más diversos personajes. Habitual del Salón del Manga de Barcelona, del Japan Weekend de Madrid o del Metrópoli de Gijón, es otra asidua visitante del Celsius al que ha acudido también en calidad de escritora de género fantástico en asturiano. Nos citamos con ella en el Jardín Urbano del Palacio de Avilés y, claro está, tal cual iba caracterizada, las fotos no podían ser en otro lugar que en el maravilloso Jardín Francés del parque de Ferrera.
– Para dar un poco de información básica a los no iniciados en este mundo: ¿Qué es el cosplay?
Ychigo: La traducción literal sería algo así como «disfrazarse y jugar». Es decir: caracterizarse, maquillarse, vestirse de un personaje que te gusta. En origen, se supone que también tenías que actuar como él, aunque la parte de actuación ya apenas la hace la gente.
– ¿Ha cambiado mucho el fenómeno del cosplay desde que usted comenzó a practicarlo? Imagino que, sobre todo al principio, les mirarían un poco como a bichos raros…
Ychigo: Evidentemente, el cosplay cada vez tiene más adeptos y ahora es bastante más conocido, aunque sigue habiendo gente muy retrógrada con el tema. Cuando yo empecé con 16 ó 17 años, la mayoría de nosotros llevábamos pelucas del bazar y tenías que tirar de lo que podías, pero ahora hay mucha más variedad. Al principio, en los 80 y los 90, el cosplay estaba más centrado en cómics de Marvel y en mangas en el caso de Japón, pero ahora la gente hace cosplay de películas, de videojuegos, de libros… Puedes hacer cosplay prácticamente de cualquier cosa.
– En su caso, la temática principal serían los videojuegos, ¿verdad?
Ychigo: Sí, el grueso de cosplays que tengo es de videojuegos como el Genshin Impact, League of Legends, también tengo de Kingdom Hearts… Aunque al Celsius siempre suelo traer algún cosplay literario y voy variando un poquito.
– ¿Y qué es lo que le aporta este mundo? ¿Cómo fueron sus primeros pasos en el universo cosplay?
– Pues yo cuando empecé hacía artes marciales y me gustaba mucho el videojuego Tekken, que es de lucha, y con mi pareja de entonces nos empezamos a disfrazar de esos personajes. Así comencé a hacer amigos en este mundo, y hasta ahora. De hecho, mi mejor amigo se casa hoy y lo conocí, como yo digo, «vestido de muñeco» (risas). Y sobre todo, lo que más me aporta a mí el cosplay es todo lo relativo a la parte de las manualidades, de la caracterización. Yo soy filóloga y soy profe de lengua de asturiano y de latín, entonces es algo que no tiene nada que ver con mi trabajo normal.
«Ahora la gente hace cosplay de películas, de videojuegos, de libros… Puedes hacer cosplay prácticamente de cualquier cosa»
– ¿También puede influir que le atraiga el jugar a ser otra persona, lo de meterse en otro rol, o no es su caso?
Ychigo: En mi caso es más la parte artística, la de coser, maquillarse… Yo actúo muy mal. Sé posar en fotos, pero si tengo que actuar en un vídeo ya vamos mal (risas), aunque sí que hay gente a la que lo que le gusta de verdad es actuar, meterse en el personaje e interpretar un poco.
– Es que es un mundo, imagino, inmenso, si te pones a profundizar un poco.
Ychigo: Sí, sí. Tienes, por ejemplo, la parte de confección: hay gente que hace armaduras, hay gente que hace caracterización incluso con prótesis. Otros están especializados en vídeos, en fotografía, en actuaciones de concurso… Sí, es un mundo inmenso. Si te gusta un poco todo lo relacionado con el apartado artístico, siempre vas a encontrar algo que te interese en el cosplay.
– ¿Qué es lo que hace falta para ser un buen cosplayer?
Ychigo: Yo creo que lo primero es disfrutar de lo que estás haciendo. Puedes ser buen cosplayer y llegar a un punto en el que ya no lo disfrutas y estás incómodo con ello. Y luego hace falta mucha práctica, sobre todo con el tema del maquillaje: ir probando qué es lo que mejor te queda a ti, ver tips sobre cómo colocar las pelucas, cómo posar, etc.
– Pregunta, creo, importante para poder introducirte en este fenómeno: ¿Hay que contar con un buen presupuesto para realizar un cosplay digno? Aunque entiendo que también obtienes un beneficio económico por asistir a ciertos eventos.
Ychigo: Sí y no. Depende mucho de qué cosplay quieras hacer. Igual quieres hacer una superarmadura de Iron Man y entonces sí, ahí necesitas dinero, mucho dinero. Pero luego hay caracterizaciones que igual puedes hacer con una peluca y ropa normal o incluso con tu pelo, el límite está en función de lo que tú quieras hacer. Yo tengo cosplays que a lo mejor enteros, comprando el cosplay hecho, me ha costado 20 ó 25 euros con peluca y todo, y luego tengo otros que han sido 150 ó 200 euros. Los hay hechos a mano que pueden costar muchísimo más, estoy hablando de unos 600 ó 700 euros. El que llevo ahora, por ejemplo, es una guarrada como digo yo (risas). Es un «Frankenstein». Solamente hay una versión oficial de este personaje y solo sale de cara, y es Nicasia de El príncipe cruel de Holly Black. El vestido me costó unos 35 euros, los guantes 5 y la peluca 20. Y lo de sacar un beneficio, depende del festival y del sitio. Cuando es un festival con concurso de cosplay y hay que juzgar, sí que los hay que pagan. Vivir de esto en España es muy, muy difícil, pero algo de beneficio se puede sacar.
– Quisiera ahora hablar de su faceta como escritora y de por qué elige el asturiano a la hora de escribir.
Ychigo: Yo empecé a escribir ya desde pequeña participando en los típicos concursos de cuentos del cole y del instituto. Y yo soy de Bimenes, y allí hablamos asturiano. Podemos mezclar asturiano con castellano, pero en mi caso el castellano puro y duro lo vi en el colegio. En mi casa mis padres, mi familia, mis vecinos, mi entorno hablan en asturiano, entonces para mí es muy natural hablar y escribir en asturiano. Al final me siento más cómoda escribiendo en la que es mi lengua más cercana y por circunstancias de la vida, es en la que he publicado hasta ahora mis novelas.
– Además usted escribe novela fantástica, algo bastante poco habitual en asturiano.
Ychigo: Así es, aunque también tengo algún relato corto de ciencia ficción, y ahora me estoy moviendo del género fantástico al de terror y ciencia ficción. En asturiano hay mucha literatura de fantasía, pero de ciencia ficción hay mucho menos y de terror casi no hay. Es muy llamativo, teniendo en cuenta la abundante mitología que tenemos aquí: tenemos mucho material para hacer buen terror y sin embargo apenas hay. Pero es que influye mucho lo del idioma oficial. En el momento en el que la lengua es oficial entra en muchas más materias en los colegios, con lo cual hay más lecturas y hay más escritores en asturiano porque hay más nicho de mercado y hay más editoriales. Y aunque ahora hay muchas editoriales publicando literatura de calidad en asturiano, la oficialidad le daría el empujón que le falta.
– Para concluir entonces: ¿Cómo ve la situación del asturiano hoy en día? Sobre todo en el sector de la literatura, que es el suyo.
Ychigo: Ahora está mucho más normalizado. Yo, como profesora de asturiano, tengo la sensación de que en los ochenta y los noventa sí que hubo autores como Miguel Solís, como Dolfo Camilo Díaz, como Vicente García Oliva que tiraron por el género, pero hubo como una brecha, un socavón donde nadie hacía género, y de hecho muchas de sus obras están descatalogadas. De unos años para acá sí que se está volviendo a retomar el género, sobre todo fuera del ámbito juvenil e infantil. Y se está volviendo por ejemplo con los premios de la Consejería, dándose además la situación de que está volviendo a ganar otra vez esa literatura de género…
«En asturiano hay mucha literatura de fantasía, pero de ciencia ficción hay mucho menos y es muy llamativo que de terror casi no hay»
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