Casadielles, frixuelos, torrijas… ¿Te suenan? Son algunos de los dulces más típicos del Antroxu asturiano. Porque sí, en Asturias sabemos divertirnos como nadie -y más en unas fiestas tan celebradas en nuestra tierra como las del Carnaval-, pero también entendemos la importancia de saber acompañarlas de otras tradiciones culinarias. Así que hoy hemos decidido hacer un repaso por esos dulces que no pueden faltar en cualquier mesa antroxera que se precie… ¡Vamos a ello!
Comparten algunos ingredientes con las crepes, las filloas o las tortitas, pero no, no son lo mismo. Citando la web España Fascinante:
«Comparados con las crepes, su composición es distinta al incluir anís; y, en comparación con las filloas, los frixuelos tradicionalmente se sirven con una capa de azúcar en forma de almíbar que se crea al ir apilándolos (…) los frixuelos, frisuelos o fayuelos son uno de los postres típicos de Asturias que también se pueden encontrar en otras zonas del noroeste de España, como es el caso de León».
Añadimos además que los frixuelos son los únicos que llevan ralladura de limón. Básicamente, sus ingredientes principales son harina, leche, huevos, anís y azúcar, y seguro que muchos de vosotros los tomaréis rellenos de nocilla, dulce de leche o tal vez crema pastelera. A estas alturas, ¿no se os está haciendo la boca agua?
Es el postre por excelencia del Antroxu. Hechas con masa de harina de trigo u hojaldre, fritas u horneadas y rellenas con vino blanco, anís, nueces, avellanas, azúcar o miel, entre otras opciones, se trata de una delicia que no puede faltar en las tradicionales meriendas y cenas de Comadres. Según el libro ‘Cocinar en Asturias’ de Eduardo Méndez Riestra:
«Lo más enigmático, no obstante, resulta ser su nombre, que los más asturianistas quieren ver como deformación de cosadielles —acertijos del tipo de esos de «¿qué cosita es?», en razón de que era una sorpresa el relleno que podían tener dentro—. […] además del tradicional molido de nuez con anís y azúcar, rellenas de crema pastelera o de dulce, generalmente de ciruela»
La casadiella típica, como sabéis, es la frita en sartén, pero hay quien la prefiere al horno. Sea como sea, ¡a nosotros este postre netamente asturiano nos vuelve absolutamente locos!
El postre de aprovechamiento, como dicen muchos, ya que se utiliza el pan duro de días anteriores. Y aunque en las zonas más costeras se conoce a la torrija asturiana como picatoste, en lo que estamos todos de acuerdo, más allá de nomenclaturas, es en que están deliciosas: una receta sencilla y casera en la que no puede faltar la leche, el azúcar, el limón y, por supuesto, el pan y el aceite. Dice Antonio Díaz Cañabate en ‘Historia de una Taberna’:
«Una torrija no se describe, se come, que es lo difícil, y se paladea, lo que aún es más complicado, y luego eleva uno los ojos al cielo, se bebe un vaso de vino, y después otra torrija, y otra, y otra, y los vasos de vino congruentes… Total, la gloria eterna»
Dicho esto, la receta admite variaciones de acompañamiento: un chorrito de anís, vino blanco o un toque de canela. Y vosotros, ¿por cuál os decantáis?
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