Como todas las fiestas tradicionales la comida en la calle de Avilés nace a raíz de un evento concreto en el año 1993. La Fiesta del Bollo, de Interés Turístico Nacional, tiene lugar cuando termina la Semana Santa y consiste en una comida en la calle a la que acuden más de quince mil personas cada año. ¡No puedes dejar de venir si estás en Avilés en esta fecha!
El día de la comida en la calle es el último día de la Fiesta del Bollo de Avilés. Nos remontamos al s. XIX para hablar del origen de esta peculiar celebración de convivencia de los avilesinos, concretamente al año 1893.
Las fiestas del Bollo, se fundamentan en su delicioso producto gastronómico: un mantecado escarchado que es tradición viva de esta localidad. En el año 1972 estas fiestas se declararon de Interés Turístico Nacional y celebran la llegada de la primavera y el fin del ayuno pascual. La alegría, la comida y la convivencia son sus señas de identidad.
En el año 1993 se celebraban los 100 años de las Fiestas del Bollo, y para realzarlas y darles mayor proyección, se pensó en llevar a cabo una comida multitudinaria. Esta tuvo tanto éxito que comenzó a conmemorarse cada año. Lo grandioso de este evento es que, no solo participan los vecinos, ¡los turistas pueden participar integrándose con ellos, fraternizando a través del banquete!
Por tanto, tiene un apoyo popular increíble desde el principio. Esta comida en la calle, reunió a gran cantidad de vecinos y kilómetros de mesas se instalaron en el centro de la ciudad. Piensa que, actualmente, ya es algo integrado y habitual y que reúne a más de quince mil personas, pero en aquel entonces, fueron algunas menos. Actualmente se instalan más de cuatro mil metros de mesas, por lo que una silla te espera.
La comida en la calle de Avilés se extiende por todo el casco antiguo, incluye el barrio de Sabugo, pero quedan fuera algunas calles como la de Julia de La Riva o La Cámara porque son vías de evacuación.
Las mesas también son dispuestas en algunas plazas:
Suelen poner música en directo para amenizar. Pero estés donde estés ese día lo pasarás en grande. Eso sí es seguro.
El Lunes de Pascua es cuando se realiza esta celebración gastronómica, al dar fin la Semana Santa.
Para poder tener un sitio, los hosteleros de las calles de Avilés tienen que reservar previamente. De esta forma, pueden sacar sus mesas y ofrecer sus platos a los comensales.
Si ese día estás cerca o en Avilés acércate y no te pierdas sus empanadas, tortillas, la fabada pantagruélica, los concursos de fabada… La comida comienza a las 14:00 horas y como te hemos comentado, en algunas plazas hay música a partir de las 17:00 con grupos en directo.
Como es una ciudad de gran belleza y cultura te proponemos algunas actividades. Dependiendo de tu plan, si vas en pareja, con niños o amigos, elige el que más te guste.
Declarado Conjunto Histórico Artístico es una villa medieval preciosa. Repleto de iglesias, plazas, palacios y calles jalonadas, es ideal para pasear. Podrás disfrutar de edificios de diferentes estilos arquitectónicos como el románico, el gótico, el barroco y el modernista.
Este centro es la única obra del famoso arquitecto brasileño, Oscar Niemeyer, en España. Se encuentra entre la Ría y el Casco Histórico de Avilés. El complejo cultural se compone de cuatro edificios unidos en una plaza grandiosa.
Cuando lo visitas, te sientes envuelto en una atmósfera singular, pues su autor lo concibió para hacer sentir. En el complejo, mandan las líneas curvas dibujadas de diversas formas. La escala humana de los edificios, también llama la atención y la amplitud del espacio con el color blanco como horizonte.
Date una vuelta por el Parque de Ferrera, el pulmón urbano de Avilés. Dentro de este maravilloso parque puedes encontrar un pequeño Jardín Francés del Marqués de Ferrera. Descubre, mientras das un agradable paseo por el espacio verde más grande de Avilés, numerosos ejemplares de árboles y plantas, tanto autóctonos como especies procedentes de otros países.
Mientras paseas y disfrutas, te animamos a probar los increíbles dulces tan legendarios como son las marañuelas de Avilés, que los marineros comían en sus noches en el mar y, por supuesto, los Bollos. Avilés te espera con la mesa puesta y los manjares más deliciosos de toda la región.
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