Pasar una noche fuera de casa puede convertirse en una experiencia desagradable si la almohada del hotel no se adapta a tus necesidades. De un apoyo adecuado para tu cabeza depende no sólo que puedas conciliar bien el sueño, sino también que te olvides de los dolores en cervicales, hombros y espalda. Por eso los hoteles de alta gama, preocupados por el descanso de sus clientes, incluyen en sus servicios una carta de almohadas.
Una carta de almohadas es un servicio extra que los hoteles ofrecen a sus huéspedes para que puedan seleccionar entre diferentes tipos y elegir la más adecuada.
En Asturias, el Hotel Palacio de Avilés ofrece a todos sus clientes tres almohadas diferentes en cada cama. Pero además en cada habitación los huéspedes encontrarán una carta con otros cuatro tipos de almohada que pueden pedir para garantizar su descanso:
En función de la firmeza, podemos encontrar tres tipos de almohadas diferentes: blanda, media y dura. Y según su altura puede ser: alta, media y baja.
Como la misión de la almohada es rellenar el hueco que queda entre la cabeza y el tronco y permitir así una postura correcta de la columna, cada persona necesita un tipo de almohada distinto. De hecho se recomienda utilizar modelos individuales para las personas que comparten cama.
Podemos intuir la mejor almohada para cada uno conociendo nuestros hábitos posturales a la hora de dormir:
Los materiales con los que se rellenan las almohadas condicionan la firmeza y el confort que proporcionan.
Los principales rellenos naturales son los de algodón, lana, plumas y plumón.
El relleno sintético suele ser de fibra de poliéster y es transpirante.
Las almohadas ergonómicas están especialmente indicadas para aliviar tensiones y dolores cervicales. Para ser efectivas tienen que adaptarse perfectamente al cuerpo y no pueden ser rígidas.
La almohada ergonómica más vendida se ajusta a la curva natural del cuerpo y no ejerce presión sobre el cuello. El relleno está elaborado a base de una espuma viscoelástica que con el calor se vuelve más suave, mientras que las zonas frías permanecen firmes. Con esta fórmula se alivia la presión y la almohada se adapta a los cambios de postura del cuerpo.
Sea cual sea tu tipo de almohada, no renuncies a él cuando vayas a pasar una noche fuera. Hay quienes optan por llevarse la almohada como una pieza más del equipaje. Pero es mucho más cómodo que recurras a la carta de almohadas del hotel y disfrutes de una noche de sueño reparador como en casa.
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