Las bodas con lluvia se han convertido en uno de los grandes temores de los contrayentes. Nuestros consejos pueden ayudarte a borrar esta idea de tu cabeza y, sobre todo, a darte cuenta de que tu boda puede ser justo la que soñabas incluso con la lluvia como invitada.
Cuando una boda no sale bien por culpa de la lluvia, habría que pensar en qué ha fallado durante la organización del evento. Si bien a cualquiera puede sorprenderle una tormenta independientemente del mes de celebración del enlace, no es menos cierto que hay ciertas fechas más proclives a que esto suceda.
Por esta razón, resulta imprescindible escoger muy bien el lugar donde se va a celebrar, teniendo siempre a mano un plan B que evite el tener que resolver este problema. Así, es aconsejable valorar todas las alternativas posibles para evitar que tanto la lluvia, como la superstición, hagan acto de presencia.
Suele decirse «novia mojada, novia afortunada», ya que la lluvia siempre ha sido símbolo de prosperidad al promover la fertilidad. Por eso, puede convertirse en el mejor complemento a cualquier boda. Si no te atrae demasiado esta idea, recuerda que las amigas de la novia deben llevarle huevos a Santa Clara para que no llueva, o eso dice la tradición.
Aun así, el pensar que vas a tener mala suerte por tener una boda lluviosa, no deja de formar parte del resto de supersticiones que marcan cualquier tipo de boda. Dependiendo de las creencias de los contrayentes, así será el nivel de importancia que se le conceda a este factor.
Como hemos indicado, tener un plan B es más que recomendable. A continuación, te ofrecemos una serie de consejos para que te sea más sencillo lograr tu objetivo de diseñar una boda tan perfecta como inolvidable.
Gracias a los avances tecnológicos, hoy en día es posible conocer el parte meteorológico con varios días de antelación. Es decir, siempre tendrás la oportunidad de alquilar una carpa y de que se instale y se decore correctamente antes de tu boda si ésta va a ser al aire libre.
Si tienes que contar con una carpa, apuesta siempre por una que sea transparente para darle un toque mucho más romántico a la ceremonia. Además, podrás jugar con la iluminación para crear un ambiente único.
Si has pensado casarte en Asturias, recuerda que es muy probable que la lluvia sea una de tus invitadas. Para estos casos, en Palacio de Avilés, contamos con un salón invernadero con vistas al Jardín Francés. Un lugar lleno de magia que sorprenderá a tus invitados. No en vano, una boda en el Principado siempre es la excusa perfecta para disfrutar de la lluvia y de su capacidad de darle a la ceremonia una pincelada romántica.
Si la lluvia va a ser importante, hay que amoldarse a ella y no dejar nunca que nos gane la batalla. Si estas casi segura de que lloverá, o es lo que se prevé por la estación la que te casarás, opta por un vestido de novia más corto para evitar que se manche e incluso puedes complementarlo con unas botas de agua para lucir un aspecto totalmente diferente.
El novio también podría lucir algún calzado impermeable o un elegante paraguas para recorrer el pasillo nupcial. Todo sea por conseguir que tu boda no se vea nunca afectada por la lluvia, sino todo lo contrario. Con una sonrisa, siempre resulta más fácil enfrentarse a cualquier dificultad.
Cambia los detalles a regalar por paraguas de colores o incluso reparte impermeables al entrar en la boda para que todo sea mucho más divertido. Si logras la sonrisa de cada invitado en cuanto lleguen al lugar de celebración, siempre te resultará más fácil que recuerden tu boda.
El clásico reportaje de fotografías con el atardecer o con un sol radiante no va a ser posible. Sin embargo, el fotógrafo podrá jugar con la luz, con el reflejo de la imagen de los novios en cualquier superficie mojada e incluso con la caída de la lluvia en un cristal. El agua permite usar distintas opciones creativas que están destinadas a lograr unas imágenes llenas de fuerza visual y mucho más originales que las convencionales.
Es posible que algo de lo anterior pueda fallar y tendrás que improvisar. Tira siempre de originalidad, no pierdas la sonrisa, préstales atención a tus invitados y no dudes nunca a la hora de usar la lluvia como protagonista. Seguro que se te ocurre algo.
Como has podido comprobar, las bodas con lluvia no han de convertirse en un fracaso, sino en una opción perfecta para sacar a relucir tu originalidad. Con un plan B y siempre apostando por la diversión, no hay lluvia que pueda amargar tu boda. Aprovecha esta oportunidad para vivir una ceremonia única.
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